sábado, 10 de enero de 2015

LA TASA ROSA

Gracias a los trabajos de distintos hombres y mujeres para favorecer la igualdad entre ambos, la mujer ha obtenido un papel más distinguido en la sociedad, aunque todavía queda mucho por hacer.


No hace mucho la economista Lina Gálvez afirmaba que este deseo de igualdad entre ambos sexos iba a ser un arduo combate, pues cada vez más las empresas diferencian sus productos a distintos compradores es decir, se basan en estereotipos para luego impulsarlos, dando lugar  a una hipersexualización del comercio.


Actualmente la mujer se encuentra frente una situación de desigualdad, los comerciantes ante la mayor demanda de las mujeres en productos cosméticos, o relacionados con la belleza, suben los precios. En cambio, los hombres por productos similares pagan menor cantidad.
Han sido los franceses los que se han dado cuenta de este suceso (no seremos mal pensados, también tienen valores, no solo son agarrados...). 

Este hecho ha dado lugar a un colectivo que protege la igualdad de los sexos: "Georgette Sand", afirman que este aumento indebido de los precios es una realidad en Francia, y el ministro de economía ha comenzado a hacer un estudio exhaustivo sobre el tema, además de echar algún que otro perro al ministro de comercio.

La desigualdad en los precios no es una paranoia de los franceses, no hace mucho que la revista Forbes publicó un artículo donde decía que las mujeres americanas pagan 1300$ más al año que los hombres en productos similares.



La asociación FACUA acusa al "gran fraude que es el sistema de consumo", Rubén Sánchez, portavoz de FACUA afirma que las empresas dirigen sus productos solamente a unos determinados consumidores, y se fijan en aquellos que están dispuestos a pagar más dinero.

Pero esto no acaba aquí, los cortes de pelo también marcan diferencias entre los sexos, un chico con una larga melena pagará menos al cortársela que una chica al cortarse esas puntitas abiertas.




Lina Gálvez añade que no solo las empresas contribuyen a esta sexualización e individualización de los productos y consumidores, Disney por ejemplo impone a las niñas pequeñas un modelo a seguir completamente sexualizado, princesas, color rosa... Esto hace que los niños crezcan con unos estereotipos erróneos por lo que los futuros adolescentes adoptarán unos roles muy sexualizados, haciendo que la igualdad de la mujer sea cada vez más difícil.
Aunque este proceso de sexualización sea dañino y muy difícil de parar, Gálvez no pierde la esperanza "Una vez que empiece a moverse, y lo vamos a mover, las cosas podrán cambiar".

¿Quién dijo desigualdad?


Demos sentido económico a la tasa rosa

Como en la mayor parte de occidente, tanto España como Francia o Estados Unidos basan su economía de mercado en una competencia imperfecta llamada competencia monopolística, caracterizada por una gran concentración de empresas, su influencia sobre el precio del producto, sus productos diferenciados, la fuerte competencia, una inexistente transparencia (los consumidores desconocen mucha información de las empresas), y la ausencia de barreras de entrada y salida, además de que el estado no tiene poder sobre ellas.

Esta competencia es la estructura de muchas empresas, venden productos similares pero no idénticos.
Debido a lo anteriormente citado, y el gran número de empresas existentes, el precio de los productos se basa en la ley de la oferta y la demanda. Cuando las empresas ven que un producto es muy demandado, no tendrán problema en subir el precio, y viceversa, si un producto no se vende, se verán obligados a bajar el precio.

En relación con la noticia, por ejemplo, las cuchillas de afeitar, podremos pensar que los hombres utilizan más, pero por otro lado, son las mujeres quienes están dispuestas a pagar más por unos productos dedicados a la belleza, y esto las empresas lo saben, así que se centrarán en mejorar y subir precios en los productos de aquellos clientes que no les importa pagar más.
Lo mismo con las peluquerías, por norma general, las mujeres tienden a ir más a la peluquería que los hombres, por tanto, un corte de mujer será más caro que el de un hombre.




Personalmente creo que cuando en una sociedad prima el dinero antes que los valores, esa sociedad no tardará en caer. Estas pequeñas diferencias que van surgiendo, debido a estereotipos marcados por diversos factores como la publicidad, películas, series etc., no hacen más que sembrar dificultades para el desarrollo de un ser humano comprensivo, humanitario, justo y honesto. 
Siempre habrá actitudes, ropas, colores, que se identifiquen con un sexo u otro si no se hace algo al respecto. Las chicas ahora más que nunca se ven forzadas a estar completamente delgadas y depiladas, al igual que los chicos, así que en conclusión... Montad una empresa de cuchillas.